Tendrías que llegar como la noche a ocupar todo el aire de mi casa, tendrías que caer como la sombra, como la sombra cae sobre las plazas. Tendrías que llegar como los sueños, tendrías que llegar como el verano, caer al fin del día como un premio a cerrarme los ojos con tu mano. Tendrías que llegar y darme vida, como un licor amargo, seco y fuerte; una vez, otra vez y cada día, tendrías que llegar como la muerte.
Letra y música: Gustavo Pena "Principe" (Uruguay) En este tema Gustavo "Principe" Pena incluye un fragmento del poema de Antonio Machado "La Saeta" recientemente inculída en el blog, gracias a Juli por la observación! Versión: "Principe"
Los pibes allá en la esquina están como dibujaos. No les pagan sus pecaos, no les tocó religión. Esperan la tardecita y van hasta la placita. Fuman y beben un poco, después tocan el tambor. Porque esperan que en el cielo esté el amor Que no tuviste vos, que no! Cómo que no? Míralo, míralos. Los pibes cumplen condenas, entran y salen las penas. Entran y salen las penas, de su niño corazón. Y tienen la valentía de ganarse el día a día, aunque una noche sin luna se pierda tu encendedor. Porque tiene mucho cielo y mucho mar Me gusta este lugar, qué no! Cómo que no? Míralo, míralo! Regando el patio a manguera, niña de la primavera. Niña de la primavera, regá mi patio de amor. Que llega otro nuevo año, que se somete a la espera de que se haga verdadera, tu locura y tu ilusión. Porque tiene mucho cielo y mucho mar Me gusta este lugar, qué no! Cómo que no? Míralo, míralo!
Letra y música: Rubén Blades (Panamá) Ana, una asidua visitante del blog me hace la siguiente acotación sobre este tema: "¿sabìas que Pedro Navaja es una especie de homenaje a "Die Moritat von Mackie Messer" ("La copla de Mackie el Navaja")? compuesta en 1928 con letra es de Bertolt Brecht, y la música, de Kurt Weill. Luego fue incorporada a «La ópera de los tres centavos» ("Die Dreigroschenoper"), obra de teatro de Brecht con música de Weill."
Gracias Ana por esta información! Me gusta ese "ida y vuelta" con los amigos del blog.
Por la esquina del viejo barrio lo vi pasar con el tumbao que tienen los guapos al caminar; las manos siempre en los bolsillos de su gabán pa' que no sepan en cual de ellas lleva el puñal. Usa un sombrero de ala ancha de medio la'o y zapatillas por si hay problemas salir vola'o, lentes oscuros pa' que no sepan que esta mirando, y un diente de oro que cuando rie se ve brillando. Como a tres cuadras de esa esquina una mujer va recorriendo la acera entera por quinta vez, y en un zaguan entra y se da un trago para olvidar que el dia esta flojo y no hay clientes pa' trabajar. Un carro pasa muy despacito por la avenida no tiene marcas pero to`os saben que`s policía. Pedro Navaja las manos siempre dentro’ el gabán mira y sonríe y el diente de oro vuelve a brillar. Mientras camina pasa la vista de esquina a esquina no se ve un alma esta desierta toa' la avenida; cuando de pronto esa mujer sale del zaguán y Pedro Navaja aprieta un puño dentro’ el gabán. Mira pa' un lado, mira pa'l otro y no ve a nadie y a la carrera pero sin ruido cruza la calle. Y mientas tanto en la otra acera va esa mujer refunfuñando pues no hizo pesos con que comer. Mientras camina, del viejo abrigo saca un revolver esa mujer, iba guardarlo en su cartera pa' que no estorbe; un 38 Smith and Weston del especial que carga encima pa' que la libre de todo mal. Y Pedro Navaja puñal en mano le fue pa' encima, el diente de oro iba alumbrando to'a la avenida (La hizo fácil) mientras reía, el puñal le hundía si compasión, cuando de pronto sonó un disparo como un cañón. Y Pedro Navaja cayó en la acera mientras veía a esa mujer de revolver en mano y de muerte herida a el le decía, yo que pensaba hoy no es mi día estoy sala' pero Pedro Navaja tu estas peor no estas en na'. Y créanme gente que aunque hubo ruido nadie salio, no hubo curiosos, no hubo preguntas, nadie lloro. Solo un borracho con los dos muertos se tropezó, cogio el revolver, el puñal, los pesos y se marcho. Y tropezando, se fue cantando desafinao' el coro que aqui les traje y da el mensaje de mi canción: Coro La vida te da sorpresas, sorpresas sorpresas te da la vida ¡ay Dios¡ (Bis). Pedro Navaja matón de esquina quien a hierro mata a hierro termina (Se repite coro) Maleante pescador pa'l ansuelo que tiraste, en vez de una sardina un tiburon enganchaste. I like to live in America. (Se repite coro) Ocho millones de historias tiene la ciudad de Nueva York (Se repite coro) Como decia mi abuelita el que de último rie, se rie mejor Cuando lo manda el destino, no lo cambia ni el mas bravo, si naciste pa' martillo del cielo te caen los clavos. (Se repite coro) en barrio de guapos cuidado en la acera cuidao’ camará que el que no corre vuela (Se repite coro) como en una novela de Kafka el borracho doblo por el callejón La vida te da…
Versión: D.Castro, I. Prieto, C. Olivieri, N. Révesz y G. Icardi(no tengo más información)
Versión: Rubin & Pablo de Caro(aporte de Ana) Letra:
Mírenme, soy feliz entre las hojas que cantan cuando atraviesa el jardín el viento en monopatín. Cuando voy a dormir cierro los ojos y sueño con el olor de un país florecido para mí. Yo no soy un bailarín porque me gusta quedarme quieto en la tierra y sentir que mis pies tienen raíz. Una vez estudié en un librito de yuyo cosas que sólo yo sé y que nunca olvidaré. Aprendí que una nuez es arrugada y viejita, pero que puede ofrecer mucha, mucha, mucha miel. Del jardín soy duende fiel, cuando una flor está triste la pintó con un pincel y le toco el cascabel. Soy guardián y doctor de una pandilla de flores que juegan al dominó y después les da la tos. Por aquí anda Dios con regadera de lluvia o disfrazada de sol asomando a su balcón. Yo no soy un gran señor, pero en mi cielo de tierra cuido el tesoro mejor mucho, mucho, mucho amor.
Letra: El árbol que tú olvidaste siempre se acuerda de ti y le pregunta a la noche si serás o no feliz. El arroyo me ha contado que el árbol suele decir: Quien se aleja junta quejas en vez de quedarse aquí. Al que se va por el mundo suele sucederle así, que el corazón va con uno y uno tiene que sufrir Y el árbol que tú olvidaste siempre se acuerda de ti. Arbolito de mi tierra yo te quisiera decir que lo que a muchos les pasa también me ha pasado a mí. No quiero que me lo digan pero lo tengo que oír: Quien se aleja junta quejas en vez de quedarse aquí.
Letra: Whenever i'm alone with you you make me feel like i am home again whnever i'm alone with you you make me feel like i am whole again Whenever i'm alone with you you make me feel like i am young again whenever i'm alone with you you make me feel like i am fun again however far away i will always love you however long i stay i will always love you whatever words i say i will always love you i will always love you whenever i'm alone with you you make me feel like i am free again whenever i'm alone with you you make me feel like i am clean again however far away i will always love you however long i stay i will always love you whatever words i say i will always love you i will always love you
Ah, look at all the lonely people Ah, look at all the lonely people Eleanor Rigby picks up the rice in the church where a wedding has been Lives in a dream Waits at the window, wearing the face that she keeps in a jar by the door Who is it for? All the lonely people Where do they all come from? All the lonely people Where do they all belong? Father McKenzie writing the words of a sermon that no one will hear No one comes near Look at him working, darning his socks in the night when there's nobody there What does he care? All the lonely people Where do they all come from? All the lonely people Where do they all belong? Ah, look at all the lonely people Ah, look at all the lonely people Eleanor Rigby died in the church and was buried along with her name Nobody came Father McKenzie wiping the dirt from his hands as he walks from the grave No one was saved All the lonely people (Ah, look at all the lonely people) Where do they all come from? All the lonely people (Ah, look at all the lonely people) Where do they all belong?
Sin dudas los cuentos de Julio César Castro "Don Verídico" con su humor tan peculiar, ligado siempre al mundo rural, desde lo absurdo, nos trae historias increíbles. En este caso, el cuento "La mujer" nos trae una historia de amor en el lugar preferido de "Juceca", el boliche de campaña.
Rubén Olivera, inspirado en él, lo adaptó y musicalizó, creando la canción "La mujer de cal".
Hombre enamoráu de los colores, aura que dice, Nostálgico Amano.
Pa'ver la salida del sol antes de que empezara a salir, se trepaba a la punta de un ucalito con brasero y mate.
A ocasiones los pájaros lo picotiaban todito porque les enllenaba los nidos de humo.
Cuando el sol dentraba a coloriar por el filo de una lomita, Nostálgico Amano solía desplomarse contra el suelo de la emoción. Pa'no tener que estarlo levantando todas las mañanas, la mujer, Hermética No, dos por tres subía y lo ataba de una rama.
Un día, de mientras Nostálgico estaba atado, mirando al sol ya pintón, ella aprovechó pa'dirse con un tropero. Como a los tres días lo desató un vecino.
Nostálgico Amano quedó como ido. Enamoráu de los colores, eso sí, pero en gris.
Una güelta, en el boliche El Resorte lo quisieron agarrar p'al chorrete en la cuestión de los colores.
Taban la Duvija, el tape Olmedo, Idéntico Aveno, Odioso Lirio, el pardo Santiago y Monolítico Suave, hablando de la vida y el corazón y tomando unos vinos, cuando miran así y ven venir a Nostálgico Amano.
A los tropezones venía el hombre, como abombáu y triste por el asunto de la china y por mirar florcitas y churrinches.
A lo que lo vieron venir, va el tape Olmedo y pinta en la paré una mujer sentada en una silla. Silenciosa la pintó. Le quedó igualita. Después fue y le arrimó una mesa.
Dentró Nostálgico, saludó, y atracó al mostrador. Pidió una botellita de vino y se acodó. La Duvija fue y le dijo:
-¿Cómo anda, don Nostálgico?
-Estrañando la mujer. Solo, uno es naides.
Por ahí el tape Olmedo tropezó con la mesa que estaba contra la paré, miró la pintura, y fuerte, pa'que Nostálgico oyera, va y dice:
-Desculpe, moza.
Nostálgico mosquió pa'ese láu. Vio a la mujer de la paré contra la mesa, agarró la botella de vino, pidió otro vaso, y fue y se le sentó enfrente.
La miró un rato. Dispués sirvió pa'los dos, y dentró a prosiar bajito, como cuadra al hombre que habla de lo suyo.
Nostálgico, meta prosa, terminó el litro y pidió otro.
Le contó todita su vida. Que era hombre de trabajo dende chico, castigáu por injusticias dende siempre, que aura andaba triste y solito, cargáu de ternura sin un destino, y que así no era vida porque cuando uno dentra a ver gris -le dijo-, se hace gris.
Si le habrá prosíau de lujo, que pa'la madrugada se la llevó pa'las casas.
El se diba sacudiendo recuerdos. Ella, la cal de la paré.
Letra y música: Omar Geles (Los Diablitos) Versión: Los Diablitos (Colombia)
Versión: Vicentico (Argentina)
Letra:
Los caminos de la vida, no son los que yo esperaba, no son los que yo creia, no son los que imaginaba Los caminos de la vida, son muy dificiles de andarlos, dificiles de caminarlos, y no encuentro la salida. Yo pensaba que la vida era distinta cuando era chiquitito yo creia que las cosas eran fácil como ayer que mi madre preocupada se esmeraba por darme todo lo que necesitaba y me doy cuenta que tanto asi no es. Porque a mi madre la veo cansada de trabajar por mi hermano y por mi y ahora con ganas quisiera ayudarla y por ella la peleo hasta el fin por ella luchare hasta que me muera y por ella no me quiero morir tampoco que se me muera mi vieja pero yo se que el destino es asi Los caminos de la vida, no son los que yo esperaba, no son los que yo creia, no son los que imaginaba Los caminos de la vida, son muy dificiles de andarlos, dificiles de caminarlos, y no encuentro la salida.
Poema de Miguel Hernandez (España) Música: Paco Ibañez (España) Miguel Hernández combatió en Jaén contra las tropas sublevadas durante la Guerra Civil. Desde su llegada a esta tierra, el 3 de marzo de 1937, el poeta, enrolado en el Altavoz del Frente, un órgano encargado de la propaganda de la zona republicana, alumbró parte de su corta pero intensa obra poética, entre ellos el poema Andaluces de Jaén, que el cantautor Paco Ibáñez llevó a la música. Versión: Paco Ibañez (España)
Andaluces de Jaén aceituneros altivos decidme en el alma quien quien levantó los olivos, andaluces de Jaén. Andaluces de Jaén. No los levantó la arada ni el dinero ni el señor, sino la tierra callada el trabajo y el sudor, unidos al agua pura y a los planetas unidos, los tres vieron la hermosura de los troncos retorcidos, andaluces de Jaén. Andaluces de Jaén aceituneros altivos decidme en el alma de quien de quien son esos olivos, andaluces de Jaén. Andaluces de Jaén. Cuantos siglos de aceitunas los pies y las manos presos, sol a sol y luna a luna pesan sobre vuestros huesos, Jaén levántate brava sobre tus piedras lunares, no vayas a ser esclava con todos tus olivares, andaluces de Jaén. Andaluces de Jaén aceituneros altivos decidme en el alma de quien de quien son esos olivos, andaluces de Jaén. Andaluces de Jaén.